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La española de origen brasileño Dunia Montenegro —o tal vez es al revés, no estoy seguro— vivió en sus carnes la precaridad del porno español en una época donde todavía no existían estudios como Cumlouder, Leche69, Fakings o Mmm 100. Hablamos de una actriz que desde 2004 no tenía filtro a la hora de grabar escenas de sexo, hacía de todo con todos (aunque sin llegar a lo extremo) y hasta su ninfomanía laboral traspasó la frontera ibérica al enamorar con su personalidad a directores europeos pornográficos como el gran italiano Rocco Siffredi. Normal que con esas características haya ganado multitud de premios pornográficos tanto a nivel nacional, europeo y hasta internacional.

Dunia era un rostro lleno de vida y de vicio que supuso un punto de inflexión en el panorama del sexo filmado español siendo la creadora de varios proyectos importantes que ganarían premios en el FICEB y hasta acompañaba de la mano a amigas que querían probar las mieles del porno como fueron Natalia Zeta y Salma de Nora (en otro momento os hablaremos de ellas). Lo que se dice una Big Boss del negocio del sexo filmado, una mente calenturienta diseñada por Dios para el mete y saca.

Fueron estas vivencias las que curtieron en mil batallas y forjaron a esta superviviente que logró hacerse a si misma follando ante las cámaras. Aunque buena parte de la culpa de esto fue por tener físico que por aquel entonces no se prodigaba mucho a nivel nacional: una mulata caribeña de gestos melosos, mirada lasciva y encantadora sonrisa blanca.

Una todoterreno que igual trabajaba como instructora de artes marciales, bailarina erótica, gogó de discoteca, stripper o empresaria de cualquier chiringuito que diera dinero calentito. Allá donde había un espectáculo relacionado con el sexo estaba ella para sacar tajada. Una profesional intachable en todo lo que metía las narices.

Como no podía ser de otra forma este culo inquieto tenía que tener su base de operaciones en Barcelona desde orquestaría sus apariciones en las películas porno más famosas de aquella época. Fueron los años de las producciones de IFG, los cameos con Nacho Vidal en Evil Angel, las colaboraciones con Torbe, las nominaciones en los certámenes españoles del FICEB (aunque desgraciadamente nunca logró un premio Ninfa), su colaboración estelar con Lexington Steele…

Su exótica presencia inundaba allá donde su fama llegara. Igual presentaba una gala pornográfica como acudía al Salón Erótico de Barcelona para hacer ella misma los shows en vivo. Dunia Montenegro poseía una personalidad arrolladora mezclado con un exotismo desbordante propio de latitudes latinoamericanas. Una argamasa de lo mejor de ambos países; España y Brasil metidos en el cuerpo de una mujer.

En la actualidad y con 40 años Dunia está en paradero desconocido, aunque rebuscando un poco por la red una topará con algún negocio que controla y ejerce como jefa en la sombra: fue relaciones públicas para ActricesDelPorno y tiene una agencia de modelos erótica desde donde aporta al carne fresca a la industria de adultos. Aun así todavía le queda mucho sexo en vena y de vez en cuando hace una escapada a alguna feria para participar en espectáculos pornográficos, de esos que suben al escenario a gente del público.

Atrás quedó ya su carrera como pornostar española, que parece terminada definitivamente aunque según dicen todavía se mantiene en activo en el mundo de las webcams desde donde sigue ofreciendo ilusión y fantasías a su abnegada legión de fans.


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