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Las producciones de Deeper empiezan a atragantarse entre los pornófilos y no son pocos los sibaritas que se quejan en los foros especializados de la excesiva presuntuosidad que imprime su directora de cabecera Kayden Kross. La pedantería se hace más palpable cuando previo a la escena sexual hay 15 minutos de insulsos diálogos entre la actriz Maitland Ward y el agresivo actor afroamericano Pressure que casi nos recuerdan las películas de Quentin Tarantino. Puede que sea una excusa para demostrarnos que la fogosa pelirroja antes de meterse al porno era una actriz de cine convencional que había hecho sus pinitos en series y películas. Una cosa está clara, su método interpretativo es tan incuestionable como su depravación sexual con preferencias interraciales. Se come a bocados el chocolate masculino.


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